¿Una última lección?

Han pasado 5 años desde que estrenamos Soltera Codiciada y 11 desde que este blog arrancó. En sus comienzos se llamó Manual de la Soltera Codiciada porque yo, que por lo visto me creía la última Kola Escocesa del desierto (referencia solo válida para arequipeños), pensé que podía enseñarles lo que había que hacer y lo que no en temas del corazón. Aquí una confesión importante: siempre he sido la amiga que le gusta aconsejar pero mi historial amoroso hasta esa fecha, me calificaba no tanto como experta sino como mal ejemplo. Supongo que escribía para mí también, para salir de la cueva, abrir paso, ver las cosas desde otra colina, salir en búsqueda de alguien que viera mis señales de humo y dijera “sí, a mí también me pasa” y entonces la pena no se sintiera tan sola. También quería reír. También quería likes y reconocimiento y olvidar un rato el trabajo que no era el ideal y el hombre que no era el ideal y la vida que estaba tan poco clara a los 23 (lo sigue estando). Así nacieron las lecciones y los post que terminaban con una cachetada para ver si se te quitaba la cojudez pequeña reflexión. Así nacieron las arengas y los “amiga date cuenta” con las que tantas se identificaron y juraron y perjuraron en los comentarios que ya lo habían entendido, solo para unos días, meses, años después, volver a cometer los mismos errores (te estoy hablando Shakira).

Eso es un poco lo que vengo a decir ahora, en este 2023, en un “domingo de post”, a solo 4 días de que se estrene Soltera Codiciada 2: la vida te enseña. Por muy acertados que alguna vez se sintieran mis escritos, las lecciones importantes, las aprenderemos viviendo. Es un mundo raro en el que estamos ahora, donde solo tienes que entrar un rato a reels, tiktok o youtube para que alguien te cuente por qué sientes lo que sientes, ya sea por la alineación de los planetas o los traumas infantiles (o los dos). Hoy en día mi blog quedaría enterrado entre millones de otros contenidos de niños lindos bailando sincronizado que intentan darte claridad sobre por qué haces lo que haces y cómo lo puedes hacer distinto . Por supuesto que hay valor en esto, pero vale la pena sincerarnos y decir que hay una distancia enorme entre entender qué es lo mejor para ti y ser capaz de hacerlo. Cuando necesitamos cambiar algo sobre nosotros, así sea para mejor, es un proceso duro porque es un duelo, es despedirse de una fantasía, de una idea que teníamos de nosotros mismos. Nos encariñamos con nuestros errores porque el cambio agota, porque le tenemos pánico a lo que hay al otro lado y porque en las aguas turbias no se distingue el fondo.

Es la vida la que te enseñará.

Lo hará llevándose personas que te importan haciéndote ver todo a través de la urgencia, del miedo a perder, del sobre control. Cuando pierdes a alguien que amas nunca vuelves de la preocupación, nunca te reconcilias con las buenas noticias. Perder a alguien te hace buscar desenfrenadamente el control como si con suficiente preparación pudieras lograr que nadie más se te vaya nunca. No aprendes que la vida es breve, somos rápidos en olvidar eso, pero sí que la tierra va a dar vueltas así lo quieras o no. Si se te muere alguien, el mundo sigue y eso, que parece un insulto, aprendes a apreciarlo. Como las plantas a través del cemento, la vida persiste.

En estos 11 años que hemos caminado juntas he publicado 3 libros, escrito 3 películas y una serie. Pasé de ser publicista a tiempo completo a escritora a tiempo completo. Viajé mucho, reí y abracé en cantidad. También perdí a mi padre, me casé y este año, el año en que regresa Soltera Codiciada, me separé (citando a Mafe: siempre se puede contar con el retorcido sentido del humor del universo). Ha habido momentos de oscuridad y personas que han abierto las ventanas. Nunca he estado tan consciente como ahora de por qué soy como soy, las mochilas que cargo, las heridas que siguen abiertas y aún así me veo a mí misma repitiendo errores, frustrándome por las mismas cosas y dando segundas, terceras y cuartas oportunidades.

No hay más lecciones. Hemos crecido juntas y hay cosas que se han vuelto más sencillas y otras increíblemente difíciles. Hay patrones que estamos rompiendo y otros que estamos creando. Hay que aprender a lidiar con los monstruos debajo de la cama de una vez por todas y ya no podemos llamar a nadie: hay que saltar y prender la luz y mirar con nuestros propios ojos.

Por eso esta segunda parte de Soltera Codiciada no viene a enseñarles nada, solo viene a acompañar. Acompañar sus dolores de crecimiento, sus cuestionamientos, sus carencias. Viene a hacerlas reír, ojalá, pero también a dejarles la sensación de que toda ola, no importa qué tan alta sea, pasa. También viene a mostrarles lo guapo que está Jason Day pero ustedes entienden mi punto.

La vida te enseña, hermana, cuando la dejas.

Espero que vayan al cine a celebrar con nosotras que todavía queda tanto espacio para crecer. Nos vemos el 6 de julio 🥰.

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